Tras la “invitación” de Quilmes, la CCAA respondió con un comunicado de prensa

Es sabido que el mundo craft argentino, a pesar de tener menos del 5% del mercado, hace bastante ruido. No sólo por la amplísima variedad de estilos que ofrece versus las marcas industriales, sino también por el número de personas que están involucrados de una u otra forma. Las empresas que manejan el 97% del volumen de cerveza circulante, encabezadas por Quilmes, contratan la misma cantidad de personas que todo el mundo artesanal en conjunto.

Pero, además de las miles de fuentes de trabajo producidas, la variedad y calidad en el producto artesanal ha llegado a los paladares de los consumidores. A pesar de la caída del consumo que golpea mucho más fuerte a los cerveceros artesanales que a los industriales, el público generado por el “boom” de la cerveza artesanal continúa buscando eso que las grandes compañías aún no han podido satisfacer: una cerveza de gran calidad.

A principios de abril, Quilmes (ABInBev) lanzó un spot publicitario en el que se compara su birra con una cerveza artesanal y sostienen que ambas “están hechas con cariño”. La novedad llegó a fines de mayo, cuando la empresa anunció la inversión de treinta millones de pesos para la instalación de cinco locales propios para competir directamente con el mercado artesanal. Como si esto fuera poco, Quilmes redobla la apuesta y habilitó, en el Parque Cervecero, una canilla para una artesanal invitada.

Esto generó un gran revuelo entre los homebrewers y brewmasters nacionales: los que se manifestaron en contra, consideraron que se trataba de una competencia desleal por la diferencia de tamaño y capital de Quilmes. Además, pensaron en la posibilidad de que Quilmes aprovechara la situación para comprar fábricas más pequeñas y sacarlas del mercado.

La respuesta

Por su parte, la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA) emitió un comunicado ayer en el que celebró las “acciones que fomenten la alianza entre cerveceros”.

“Entendemos que nos une la misma pasión por una bebida noble que, al ponerla en la mesa, elimina cualquier diferencia que podamos tener entre nosotros. Esperamos que esta ética cervecera que nos define, siga generando buenos vínculos”, detallaron desde la CCAA. Así y todo, la Cámara espera que “este tipo de iniciativas sea parte de un cambio en la estrategia comercial y no un hecho aislado que apunte solamente a influir en la opinión pública a través de su difusión publicitaria”.

En el comunicado, la CCAA explica que la imposición del aparato publicitario en el que sólo se comercialicen las marcas de cerveza propias y que impidan el acceso al mercado a los productores nacionales, “constituye un abuso de posición dominante, lo cual está penado por la Ley Nacional 25.156 de Defensa de la Competencia”. Además, destacan la ley de góndolas que “permitirá que las empresas PyMES pudieran participar más activamente del mercado que hoy tan concentrado se encuentra”.

Está claro que una buena birra no se hace sólo con “cariño” y que las multinacionales que dominan el mercado tienen los ojos puestos en los cerveceros artesanales. A pesar de tener tanta proporción, y de la crisis actual, los artesanales resisten los embates del oligopolio. Esta iniciativa de Quilmes, si se utiliza de manera inteligente, puede ayudar a llegar a otros consumidores y retornar a cifras más optimistas. Estos consumidores, una vez que prueban cervezas de calidad, es difícil que vuelvan atrás. La desconfianza es grande, y con razón.

Por Alejandro Tellería

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