Restricciones

Las nuevas restricciones a la gastronomía ponen en jaque a todo el sector cervecero, ya golpeado por la pandemia.

Luego de la llegada de la segunda ola del coronavirus a la Argentina, desde el Gobierno nacional se tomaron medidas para restringir la circulación. Hace una semana, el presidente Alberto Fernández anunciaba la prohibición de la circulación entre las 0 y las 6 de la mañana. Ayer, el mandatario volvió a reforzar su decisión.

Desde mediados de febrero, los países de la región, con Brasil como epicentro, son asediados por la segunda ola de coronavirus y, recién en las últimas dos semanas llegó a nuestro país. Para tener en cuenta, el 13 de marzo, el Ministerio de Salud reportaba 6.278 nuevos contagios. Un mes después, el número llegó a los 27.001. Esto hizo que el Gobierno evalúe la posibilidad de aplicar nuevas restricciones.

Cervecería Artesanal restricciones

Entonces, el Poder Ejecutivo centró su foco en limitar la circulación de personas en el horario nocturno y en limitar la actividad en los lugares donde las personas relajan los cuidados sanitarios. Entre ellos, la gastronomía.

Los bares cerveceros y las fábricas cerveceras han sido brutalmente golpeadas por la pandemia durante 2020. Si bien tuvieron un fuerte repunte durante el verano, no alcanzó a compensar las pérdidas y esta nueva situación los coloca al borde del abismo.

Un verano que no alcanzó

Marcelo Roggio, socio fundador Peñón del Águila señaló que, si no hay un respaldo económico a los gastronómicos, estas medidas van a significar “un certificado de defunción” para una parte del sector.

Roggio detalló que, pese a las restricciones que hubo en 2020, como pudieron adaptarse para volcarse en la cerveza envasada en góndolas, “logramos palearlo mejor”. Asimismo, aclaró que ellos tenían capacidad de envasado y embotellado. “Quienes no lo tenían se hizo más difícil”, añadió.

Peñón

“Todo el sector gastronómico es el que más viene sufriendo los efectos de la pandemia por las restricciones y, esta medida, sin duda dará otro golpe. Estar abiertos hasta las 23 con los comensales dentro y hasta las 0 como horario final era una ayuda a la medida que tomaron la semana pasada”, mencionó el cervecero.

De todas maneras, el brewer indicó que, de no existir una compensación del Estado “a todos los niveles”, como los impositivos, “es muy complicado”. “Muchos comercios ya estaban con las últimas reservas y no podrán aguantar. Es una cantidad enorme de puestos de trabajo que está en juego y dependerá de dónde se apliquen las medidas, con qué fuerza y con qué acompañamiento, que hasta ahora no se ha mencionado nada”, agregó Roggio.

Por su parte, Martín Boan, dueño de la icónica cervecería Bierlife, mencionó también que “ningún negocio resiste un cierre total”. “Una restricción a las 20 horas es lo mismo que cerrar”, agregó. “Para quien pudo, el verano sirvió para acomodar un poco la estantería, pero no se recuperó lo perdido en la primera mitad del 2020”.

Martín Boan

En esta sintonía, Boan alertó que el sector sabe que “esto va para largo” y que estas restricciones no durarán un par de semanas. “Tenemos en claro que esto es largo y que en dos meses estaremos igual con la pandemia. Dentro de seis meses la pandemia no estará solucionada, con la llegada del frío y del invierno”, dijo.

A su vez, el cervecero descartó la posibilidad de que los locales gastronómicos abran sus puertas más temprano y que seduzcan a los consumidores a acudir en otro momento del día. “El mediodía está perdido”, definió.

Juan Esteban Echeverry, uno de los hermanos fundadores de la cervecería marplatense Cheverry, es encargado de los bares de Olavarría y Constitución, en la ciudad balnearia, sentenció que “el cierre a las 10 ya era mortal”.

Cheverry

“No tenemos mucho resto, más allá de que la temporada fue medianamente buena, particularmente con el turismo, pero no se pudo hacer una diferencia como pasaba en otros años”, explicó Echeverry, quien además dijo que, con lo poco ganado, se pudieron pagar algunas deudas, pero que ahora “tenemos que remar y sin resto”.

En los bares de Cheverry, esta temporada se adaptaron “igual que el año pasado”. “Cumplimos con lo que nos piden y con el protocolo para cuidar a la gente y a nosotros mismos”, mencionó.

¿Restricciones indiscriminadas hacen menos contagios?

En este tema, Echeverry remarcó que no está de acuerdo con la disposición de aplicar restricciones horarias porque “no hay diferencia por dos horas más que estemos abiertos. Al contrario, creo que es peor porque se fomenta a que se junten en una casa con más relajamiento”.

Este mismo mensaje también se escuchó por parte de Boan y de Roggio. Los gastronómicos sostienen que no existe un estudio que compruebe que en los restaurantes existan ambientes que propinasen los contagios.

Baum

“En Baum el impacto es directo. Gran parte de nuestras franquicias se encuentran en AMBA y las decisiones a evaluar aún se están terminando de desarrollar en nuestra fábrica, pero básicamente estamos repensando nuestro calendario de cervezas cuando comenzaron los rumores y la reducción de horario de cierre en bares”, mencionó Leonel Mateo, embajador cervecero de la firma.

Desde la cervecería, también informaron que se piensa en abrir desde el mediodía las franquicias, con el foco en la modalidad take away. “A priori hay una sensación de incertidumbre en la sociedad. La pregunta que nos hacemos es si realmente es necesario cerrar los bares, siendo que se han implementado las medidas necesarias y cumplen con esa función social en donde las personas pueden reunirse para tomar una cerveza y distenderse”, declaró Mateo.

El durísimo invierno que viene

El 2021 pareciera ser un espejismo del año anterior, pero con varias nuevas dificultades. A las restricciones que seguramente continuarán se le sumará el cansancio de la sociedad a cumplir con las medidas de distanciamiento, ventilación y uso del tapabocas, el desgaste económico realizado en 2020 y una disparada de casos aún mayor que en la primera ola.

La esperanza está puesta en que, con una vacunación lenta pero continua, la población de mayor riesgo estará a mayoritariamente a salvo de padecer un cuadro grave o morir por la enfermedad. Finalmente, la responsabilidad última está en la sociedad: si se evitan la mayor cantidad de riesgos posibles, el Covid tendrá un avance más lento. Cada irresponsabilidad que se comente es un nuevo posible foco de contagio que atenta contra todo este frágil sistema de contención.

Por Alejandro Tellería

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