No es común que una empresa proveedora de insumos realice una colaboración con un productor de cerveza artesanal, pero Lúpulos Andinos va por ese camino. Los une la pasión por producir.
En la enorme mayoría de los casos, las colaboraciones cerveceras se realizan entre homebrewers y/o fábricas de cerveza. Sin embargo, Lúpulos Andinos decide animarse y ayudar en la elaboración de algunas birras junto a cerveceros notables.
La empresa productora, procesadora y comercializadora de lúpulos está realmente comprometida con el sector artesanal. Al igual que otras compañías que venden insumos y materias primas para fabricantes, varias veces se ha sumado a movidas solidarias donde apoyaron ciertas cocciones y proyectos cerveceros.
Además, la firma tiene la mirada puesta en compartir conocimiento lupulero. Desde 2014 el ingeniero agrónomo Hernán Testa, responsable técnico de la firma, brinda capacitaciones a partir de los espacios generados por Somos Cerveceros y otros ámbitos. Desde 2016 son los artífices del Congreso de Lúpulo, un evento de alto nivel técnico, que se ofrece a toda la comunidad cervecera sin fines de lucro, en la época de cosecha del lúpulo en El Bolsón.
Al haber apoyado todo este tipo de acciones que exceden una simple relación comercial, Lúpulos Andinos se internalizó en el mundo de la elaboración cervecera. Desde allí participó de varias cocciones colaborativas, en donde no fue un mero proveedor de insumos, sino un colaborador completo.
En la segunda mitad del año pasado tuvo lugar una colaboración muy significativa cuando junto con la cervecera marplatense Baum lanzaron “Acantilados”. Se trató de una Hoppy Lager con 4,7% de alcohol, 25 IBUs y 25 SRM. “Notablemente lupulada, con notas a flor de azahar y herbales”, la cerveza mostró la “complejidad de los mejores lúpulos nacionales” y cumplió con el objetivo de constituir una “invitación amable para quienes dicen no elegir los estilos lupulados cuando se sientan en una barra”.
Unos meses después, Torstein Hoset, cervecero de Strange, estuvo de visita por los campos de Lúpulos Andinos. Allí, participó de la cosecha de este año en los primeros días de marzo de 2021. Junto con Shea Jordan, cervecero de Mystic Fog de El Bolsón, le propusieron a Hernán Testa la elaboración de una nueva birra: “Viajero Místico”. Sin dudarlo, en Lúpulos Andinos el desafío fue aceptado de inmediato, al margen de las cantidades inéditas que figuraban en la receta y que parecían no coincidir con el tamaño del bacht.
Esta cerveza, una NEIPA de edición limitada, se elaboró con la técnica de Wet Hop, en donde se aprovechó al lúpulo “en su máximo esplendor, sin perder nada de aceite esencial en el procesamiento”. Como contaron en Strange, se incorporaron 36 gramos por litro de flores frescas de Bullion en olla, y 45 gramos por litro de flores frescas de Victoria y Cascade en dry hop, a lo cual se sumó una pequeña dosis de pellets norteamericanos. Además, se incluyeron ramas de “Palo Piche”, un arbusto muy aromático, autóctono de la Patagonia.
La microcervecería patagónica Awka relanzó su Dubbel con Lúpulos Andinos. La cerveza se envasó en una botella de aluminio “hermosamente impresa desde la parte superior del cuello hasta la base”. Esta edición se constituye en la primera cerveza artesanal de Argentina que sale en botella de aluminio, aportada por Trivium Packaging.
Esta cerveza de estilo belga tuvo el añadido de lúpulo Spalter que se cultiva en nuestro país desde 1948. Asimismo, la receta incluyó chips de Nothofagus (Lenga, Ñire y Coihue). Estos, en combinación con el lúpulo noble y la levadura belga, lograron en aroma una delicadeza de fenoles especiados y ésteres frutados. De amargor moderado, alcóholica y compleja en sabor, el balance quedó claramente inclinado hacia la malta, como corresponde al estilo.
