Son estilos muy similares, pero no iguales. Cuáles son esas pequeñas sutilezas que separan a la IPL de una Cold IPA.
A principios de este año, comenzó a surgir en Estados Unidos una nueva variante de las cervezas lupuladas que prometía ser más ligera y con más tomabilidad. Sin embargo, muchos se preguntaban si había reales diferencias con estilos ya inventados. Por eso, es importante saber qué diferencias hay entre una IPL y una Cold IPA.
Para arrancar, cabe señalar que la Cold IPA tiene un poco más de alcohol que una IPL y que puede tener adjuntos como el arroz o el maíz para aligerar su cuerpo. Las primeras experiencias hechas por cerveceros suelen estar entre los 6,4% y los 7,9% ABV, mientras que las otras debieran estar entre los 5,6% y los 7% ABV, según la guía de Brewers Association de 2019.
Si bien ambas llevan levadura Lager, en las Cold IPA se las somete a 18 grados para que no se formen los esteres afrutados de la levadura. “Los ésteres de lager y el aumento de SO2 simplemente no van bien con los lúpulos americanos”, definió Kevin Davey, cervecero de Wayfinder Beer, uno de los creadores del estilo. Y aquí es donde se evidencia otra de las diferencias entre la IPL y la Cold IPA.
Las IPL suelen incluir muchos tipos de lúpulo, pero principalmente los europeos. En cambio, las Cold IPA llevan lúpulo del nuevo mundo, neozelandeses, sudafricanos y, esencialmente, americanos.
En cuanto a lo sensorial, ambas cervezas se destacan por tener perfiles pináceos y cítricos, con algo de acidez leve. Sin embargo, en las IPL se evidencian las notas herbales y las florales, típicos de las IPA clásicas. En cambio, en las Cold IPA se perciben las frutas tropicales, algo muy característico de los lúpulos que utilizan.