“Estamos cocinando mil litros de una Belgian Strong. Pusimos 300 kilos de malta Pilsen con 1500 litros de agua y lo mezclamos en el macerado”. Mientras cuenta el proceso, es Ana Toba, la que está subida a una olla donde la cocción ya estaba hirviendo. Aunque parece ser que la industria cervecera está cubierta por los hombres, cada vez son más las mujeres en el rubro y están cada vez más juntas. Entre quienes estaban reunidas allí podrían armar una cadena productiva entera. Desde brewemasters, hasta dueñas de cervecerías o aficionadas por la birra, se reunieron para cocinar todas juntas por una causa común: el repudio a la violencia de género.

Birreras de Argentina es el colectivo que las une desde que Alejandra Alomo decidió, hace dos años, interiorizarse en el rol femenino en la industria cervecera. “Decimos que es un colectivo porque incluye a todas las mujeres que tengan relación con este mundo, ya sea como un trabajo o como hobby”, contó Alomo a este medio. La comunidad esta en crecimiento constante e incluye miembros de todo el país que, además de tener un chat para mantenerse informadas, organizan distintos eventos relacionados con los intereses femeninos.

Este domingo 16 las reunió una cocción colaborativa.  A pesar del día, desde temprano en la mañana empezaron a entrar en Bronx, Pilar, carros con los ingredientes que más tarde se fundirían para lograr el objetivo que las juntaba ahí. Esta cocción entonces sería especial por su fin. El repudio a todas las formas de violencia de género y el pedido por la apertura de más centros de contención y de recepción de denuncias de estos casos. Esta última, una lucha encabezada principalmente por las birreras de la zona marplatense.

Julia, la dueña de la cervecería, contó que hace un mes surgió la propuesta de hacer una cocción exclusivamente femenina con un doble objetivo. Mostrar, por un lado, la presencia de las mujeres en la movida craft. Por otro, siendo conscientes de las situaciones que viven las mujeres todos los días y todo lo que está sucediendo en nuestra sociedad en relación con el rol de la mujer en todos los ámbitos, decidieron que no se podían quedar sentadas e hicieron llegar la revolución femenina a la cerveza. «Nuestra idea es comercializarla luego en distintos bares, para que sea vendida con todo su mensaje y donar el dinero recaudado a las causas de las mujeres», explicó.

Ya habían pasado ocho horas de trabajo en conjunto, unidas, bajo un mismo objetivo. “Todas sufrimos en carne propia en algún momento acoso o violencia de todo tipo, y hay que apoyarnos desde los casos mas pequeños a los mas graves, por eso esta bueno juntarnos porque cada una de nosotras tenemos algo que compartir”, destaco Andrea de Cervecería Fe. Habían venido de distintos lugares de conurbano, de provincia de Buenos Aires y de otras provincias, se quedaron. Otras, las que no pudieron asistir, apoyaron durante todo el día. Por las que estaban y las que no, luchando con trabajo, con alegría y juntas.

Por Lourdes Maidana y Pilar Gonzalez Iturralde

 

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